jueves, 20 de agosto de 2015

PAPEL DE CONICIT Y SU UNIDAD DE TRANSFERENCIA TECNOLOGICA IVIC


El CONICIT es responsable de en primer orden de la creación y desarrollo de una infraestructura expresada en laboratorios y bibliotecas, la formación de investigadores, el desarrollo de postgrados, la publicación de revistas científicas, la introducción de la telemática y, por otra parte, algo igualmente importante, como es la implantación de una institucionalidad, vale decir de un conjunto de valores,  leyes y prácticas, como basamento para el desenvolvimiento de la ciencia nacional. En este sentido cabe destacar que perfiló el oficio del científico e introdujo elementos determinantes para su profesionalización en tiempos en
que tal oficio era casi inexistente; por otro lado, introdujo desde sus comienzos la evaluación de méritos a la hora de determinar sus apoyos, cosa que, de nuevo, se dice fácil pero hay que valorar lo que significaba eso cuando el apogeo de la cultura del igualitarismo mal entendido; y, por último ha ido haciendo mucho para que el país tenga estima por sus investigadores y valore como debe la producción de conocimientos, su difusión y aplicación.
Hubo, en síntesis, una suerte de «apropiación» de una política pública, la política científica, por parte de un grupo social constituido por la comunidad científica, no obstante la elaboración de cuatro Planes
Nacionales, redactados en diferentes quinquenios gubernamentales con la pretensión casi nunca cumplida de establecer prioridades que señalaban cuál era la ciencia requerida por el país. Se trató, entonces, en gran medida, de una política desde y para los científicos con el apoyo y la aquiescencia del Estado, conforme a un arreglo - contrato social -, que no fue único, sino que tuvo lugar en otros campos y en todos ellos permitió, de diversas maneras y en diversos grados una suerte de “colonización” de la política pública por parte de intereses corporativos variados. En este sentido vale la pena, por su relación con el tema que se viene tocando, una corta digresión sobre la política tecnológica”.


Los antecedentes de la transferencia tecnológica en nuestro país nos lleva a mencionar: la creación, en 1950, de la Asociación Venezolana para el Avance de la Ciencia (ASOVAC), la Facultad de Ciencias de la Universidad Central de Venezuela (UCV), y del Instituto Venezolano de Investigaciones Neurocerebrales (IVNIC), en 1958, instituto éste, antecesor del actual Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC). Es en esta década cuando el Estado comienza a financiar la investigación científica y a dar importancia a esta actividad para el desarrollo científico y tecnológico del país. Todo ello impulsó la creación, en 1967, del Consejo Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (CONICIT), como organismo planificador de la actividad de ciencia y tecnología en el país. Esposito de D. (1989) Elevado a Ministerio de Ciencia y Tecnología (MCT) en el año de 1999. En 1982 se crea, la Dirección de Fomento Tecnológico, en el CONICIT, sobre la base de la experiencia de su antecesora, la Unidad de Transferencia de Tecnología, con el objetivo de: “Fomentar el desarrollo tecnológico nacional, transfiriendo a la industria y a los usuarios en general los resultados de las investigaciones tecnológicas de los centros de generación de tecnologías y, canalizando la demanda de la industria hacia las fuentes de la tecnología local”. CONICIT. (1991: 55) En sintonía con sus objetivos esta Dirección ejecutó diversas políticas de apoyo para establecer vínculos entre la industria y el sector académico: El Encuentro Universidad-Industria en mayo de 1982; El Seminario de Valorización de Tecnologías en noviembre del mismo año; La contratación de estudios de prefactibilidad tecno-económico de nuevas tecnologías; El programa Fortalecimiento de Centros de Investigación Tecnológica; Las Ruedas de Negociación Tecnológicas; Apoyo con la modalidad de financiamiento de riesgo compartido a solicitudes de empresarios para solventar problemas tecnológicos a ser resueltos por centros de investigaciones o universidades. Todas estas actividades impulsaron al sector productivo a entablar convenios, entre las partes interesadas, de manera que la transferencia de tecnología pudiese ser un hecho normal no traumático demostrando además el potencial de las universidades y de los cambios que pueden lograrse en conjunto para el beneficio del desarrollo tecnológico y socioeconómico del país.

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